Eivissa es sinóninimo de cultura mediterránea, de patrimonio histórico y natural. El recinto amurallado de Dalt Vila del siglo XVI, una de las fortalezas mejor conservadas del Mediterráneo, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999 junto con el yacimiento arqueológico de Puig Des Molins, la mayor y mejor conservada necrópolis púnico-fenicia del Mediterráneo occidental. Además, la Unesco también ha incluido en su declaración los cercanos y antiguos huertos de ses Feixes, el poblado fenicio de sa Caleta o las praderas de posidonia oceánica que rodean la isla. Una isla mágica que durante el verano se convierte en un destino repleto de posibilidades: naturaleza, aventuras, playa, deportes, excursiones, actividades al aire libre, historia y multitud de eventos para todos los gustos.
Durante la temporada alta, que coincide con los meses de junio a septiembre, una opción ideal es alojarse en los municipios de Sant Antonio y Santa Eulária. A escasos 5 kilómetros de Santa Eulària, podemos escoger un hotel en Es Canar Ibiza, una de las zonas más importantes y turísticas de este municipio donde vas a encontrar múltiples atractivos. Desde la playa de Cala Nova hasta Punta Arabi, te esperan arenas finas y aguas cristalinas, restaurantes y chiringuitos para disfrutar de lo lindo en tu estancia en la isla. Además, supone un punto estratégico para disfrutar de todas las opciones que te ofrece la isla Blanca del Mediterráneo, que son infinitas. Toma nota:
Probar el flaó (el postre típico de la isla), hacerse con una botella de hierbas ibicencas o de frígola (las dos bebidas de referencia), pasear entre galerías de pintores y pequeñas boutiques, hacerse con unas joyas artesanas, ver una película en el cine al aire libre de los baluartes, visitar el antiguo convento Dominico (actual sede del ayuntamiento), el Palacio Episcopal y los museos más emblemáticos como el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza, el Museo Arqueológico donde descubrir la necrópolis cartaginesa o el Museo Puget lleno del arte de pintores ibicencos.
Una isla versátil donde, además, podrás disfrutar de espectaculares parajes naturales, abruptos acantilados, montañas de pinos (de ahí su nombre, Pitiusa) y bonitos pueblos de interior. Y nada mejor que conocerlos a fondo haciendo deporte en familia.
Para los amantes del senderismo, la isla pitiusa cuenta con diferentes itinerarios que descienden por estrechos senderos hasta el mar o discurren por escarpados terrenos. A través de estas rutas se encuentran por el camino vestigios históricos, como antiguas torres de defensa situadas en lugares estratégicos para proteger a los residentes de los piratas o miradores sobre agrestes acantilados capaces de quitar el aliento.
Para los que se queden con ganas de más adrenalina después del senderismo, nada mejor que sentir la emoción que aporta la escalada y el posterior salto desde un acantilado. Otra de las actividades estrella más recomendadas y también relacionada con el mar es hacer un bautismo de buceo y una inmersión en el Mediterráneo. Una experiencia única para gozar de los fondos marinos, entrar en cuevas submarinas o conocer el Don Pedro, un pecio de gran atractivo para buceadores que lleva casi 15 años hundido en las profundidades de las aguas de la mayor de las islas pitiusas.
Otro planazo es bordear la costa ibicenca sobre un kayak. Sin duda, la mejor opción para acceder a cuevas y pequeños arenales a las que no se puede llegar de otro modo que pedaleando alrededor de islotes. Además, a la vez que haces deporte, podrás tomar un baño en aguas cristalinas y profundas.
Una apuesta segura para disfrutar en la isla es la práctica de snorkel ya que te permitirá descubrir Ibiza de una forma diferente. Y es que su mundo subacuático fascina por la variedad de fauna y flora marinas, así como por las praderas de posidonia, que son patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Solo hay que ponerse las gafas, coger el tubo y lanzarse al agua.
¿Qué te parecen nuestros planes para disfrutar de Ibiza?
