A 63 kilómetros de Murcia se encuentra Caravaca de la Cruz, una encantadora villa medieval en la cual destaca muy por encima de otros monumentos el famoso Castillo templario que alberga en su interior el Santuario de la Vera Cruz. Cuenta la leyenda que en el año 1232 en el castillo moro de Caravaca se produjo un hecho milagroso. El rey moro Abu Seit se convirtió al cristianismo cuando delante de sus ojos aparecieron dos ángeles con una cruz para que un sacerdote prisionero en el castillo pudiera oficiar una misa. La tradición asegura que dicha cruz, de origen oriental acoge en su interior un trozo de madera perteneciente al leño donde Cristo fue crucificado.
A raíz de esto, la iglesia católica la veneró como la Vera Cruz (verdadera cruz) y otorgó a la localidad el poder celebrar un Año Santo cada siete años “in perpetuum” en el Santuario de la Vera Cruz, privilegio que comparte con las ciudades de Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana.
Caravaca, la ciudad santa, celebra su próximo Año Jubilar en el año 2010, así que ya queda menos para que en este centro de peregrinación se repita la celebración. De igual forma todos los años entre los días 1 y 5 de mayo se celebran las Fiestas de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca, con una gran afluencia de público. Durante esta celebración también tiene lugar la fiesta de los Caballos del Vino que rememora un antiguo hecho histórico acontecido en el siglo XIII. Es espectacular ver a los caballos al galope ascendiendo las empinadas cuestas hacia el Castillo. Y no debemos olvidar las fiestas de los Moros y Cristianos que junto con las anteriores conforman un magnífico calendario festivo.