A 76 kilómetros de Burgos se encuentra Frías, una de las poblaciones más bonitas de Castilla y León cuyo casco urbano está declarado Conjunto Histórico-Artístico. Con apenas 350 habitantes, la ciudad más pequeña de España (Juan II le concedió el título de ciudad en el siglo XV), es el punto de partida para visitar el Valle de Tobalina, un enclave salpicado de bonitos pueblos enmarcados en un entorno natural de gran belleza.

La mejor manera de conocer Frías es adentrándonos en su bello casco antiguo salpicado de calles empedradas que nos conducirán a lo más alto de la población. Allí, en un lado, se encuentra la iglesia de San Vicente, desde donde disfrutarás de unas vistas espectaculares. La torre de este importante templo de origen románico se vino abajo en 1904 arruinando parte del cenobio. Para reconstruir el templo tuvieron que vender la portada de la iglesia a los americanos. Actualmente se encuentra en el Museo The Cloisters de New York.

En el otro lado de la población se encuentra el Castillo que fue edificado por Alfonso VIII sobre un alto peñasco. La fortaleza destaca por su altiva torre del Homenaje desde donde se obtienen una de las mejores panorámicas de toda la provincia. Además, Frías, cuenta con otras joyas arquitectónicas que no puedes perderte entre las que tenemos que mencionar el puente gótico sobre el río Ebro, que en el centro tiene una torre del siglo XIV; la iglesia de San Vítores; y el convento de Santa María del Vadillo.

Después de disfrutar de este agradable recorrido por esta bella población, puedes acercarte a alguna tienda para adquirir las especialidades de la zona: especialmente los dulces y las tradicionales morcillas de arroz que tienen mucha fama tanto en Frías, como en la vecina Oña.

Cómo llegar a Frías