El invierno ofrece múltiples atractivos para aquellas personas que se acerquen a Cantabria, y un modo de disfrutarlos plenamente es eligiendo el alojamiento rural adecuado. Cantabria es una invitación constante a la escapada en cualquier momento del año. Y en invierno nos ofrece jornadas de chimenea y charla frente a bosques nevados, o mientras contemplamos al agitado Cantábrico, o la inspiración de los pequeños pueblos que durante los meses fríos se transforman en auténticos paraísos para la paz y el descanso. Aquí vamos a darte algunas ideas para pasar unos días maravillosos repletos de planes en Cantabria, sin olvidarnos de indicarte algunos consejos de seguridad necesarios para que tu escapada rural de fin de semana sea perfecta.
1. El vértigo de la aventura
La geografía de Cantabria, tanto la de interior como de litoral, ofrece todas las posibilidades para aquellos que quieren huir de la rutina y experimentar sensaciones más intensas en plena naturaleza. Los aficionados al esquí y los deportes de invierno tienen en Alto Campoo 23 pistas con 27,8 kilómetros esquiables, un snowpark y un circuito de fondo de 4,5 kilómetros. Si nos vamos a El Soplao, en Saja-Nansa, la joya geológica de Cantabria, se puede realizar el recorrido de turismo-aventura, 6 kilómetros por túneles, galerías y salas repletas de estalactitas, estalagmitas, pisolitas o perlas de las cavernas y todo un abanico de formaciones geológicas. En el entorno de los valles pasiegos está el parque de la Naturaleza de Cabárceno, uno de los espacios turísticos más populares de la región, y que permite una modalidad de visita ‘salvaje’ en la que se accede a algunos recintos de animales como los elefantes, los gorilas, rinocerontes…
Los amantes de la alta montaña tienen su paraíso en Liébana, donde la Cordillera Cantábrica y los Picos de Europa conforman un paisaje de picos y valles entre los que se pueden practicar todo tipo de deportes de aventura. Desde el parapente, el barranquismo, escalada, marchas de media-alta montaña, vías ferratas, rutas en bicicletas de montaña, a caballo o en quad… Y para una aventura tranquila pero emocionante, una subida en el teleférico de Fuente Dé, que salva un desnivel de 753 metros para trasladar al visitante al corazón de los Picos.
Pero en toda Cantabria es posible realizar múltiples actividades: Canoas y kayaks por los ríos de la región o en zonas de rías y marisma, deportes náuticos, excursiones en velero o en barcos de pesca, rutas guiadas por la naturaleza, excursiones con raquetas de invierno… todo lo que los amantes de la naturaleza pueden desear.
Muy importante. No olvides repasar la ruta a realizar antes de salir y tener activada alguna aplicación de localización GPS en tu Smartphone .
2. Inicarse al Surf.
Cantabria es tierra de surfistas, de hecho, fue un cántabro el que introdujo este deporte en España, concretamente en las playas de El Sardinero en las década de los 60 del siglo pasado. Desde entonces, en muchas de las playas de la región es habitual ver a lo largo de todo el año a los surfistas y sus tablas cabalgar sobre las olas. En total son más de 250 kilómetros de litoral expuesto al mar abierto donde se abren arenales en los que practicar este divertido y estimulante deporte. Desde el este al oeste, estas playas ofrecen además de las condiciones necesarias para la práctica del surf, instalaciones, escuelas y otro tipo de servicios dirigidos a los surfistas. Entre las playas con más adeptos a las olas, están las de Santander, la Primera y Segunda del Sardinero, o la del Bocal, en la se surfeó la ‘Vaca gigante’, una ola de más de cinco metros que surge a pocos metros de la costa.
Frente a Santander, está Somo, que fue declarada primera reserva de Surf de España y a la que acuden todo el año cientos de aficionados a disfrutar de sus olas. Al oeste de Santander están las dos playas del Parque Natural de las Dunas de Liencres, Valdearenas y Canallave, para expertos del surf. No muy lejos está Suances, en cuyas playas, La Concha, Los Locos y La Tablía son lugares tradicionales de surferos, especialmente la playa de los Locos.
Si nos vamos al este de Cantabria, nos encontramos con las playas de Berria en Santoña, Cuberris en Ajo o la playa de Noja, todas ellas con una importante tradición surfera.
Te recomendamos que tengas en cuenta las condiciones meteorológicas a la hora de disfrutar de este deporte.
3. Recorrer la ruta del Camino Lebaniego
Esta ruta entronca con el Camino de la Costa en San Vicente de la Barquera, y parte desde esta localidad marinera atravesando municipios como Val de San Vicente, Herrerías, La Masón, Peñarrubia, Cillorigo de Liébana hasta llegar a Santo Toribio de Liébana. A su paso, se van sucediendo magníficos exponentes del patrimonio histórico y cultural, paisajes naturales únicos y pequeñas aldeas de montaña. Como no podía ser de otra manera, además en todo el Camino es posible degustar excelentes platos y productos típicos de la gastronomía cántabra. Este Camino ha sido utilizado por los ‘crucenos’ o ‘cruceros’, peregrinos que llegaban hasta Santo Toribio de Liébana para venerar las reliquias de Santo Toribio y el ‘Lignum Crucis’, el mayor trozo de la cruz de Cristo que se conserva, desde la Edad Media.
Muy importante el asegurarse llevar la ropa adecuada y disponer de suficiente líquido para manteneros hidratados.
4. Fiestas para todo el año
Es otro de los alicientes que tienen los visitantes que se acercan a Cantabria. Prácticamente todos los meses del año hay eventos y fiestas de diferente carácter, desde las que entroncan con la tradición más secular, a otras citas más recientes. Como ejemplo de algunas de esas fiestas, recogemos las catalogadas de interés turístico nacional.
En enero tenemos dos: la Vijanera de Silió, el primer carnaval del año, y el Auto Sacramental y la Cabalgata de los Reyes Magos en Santillana del Mar.
En febrero llega el carnaval marinero de Santoña con su juicio en el fondo del mar, el también llamado carnaval del Norte.
En la primavera llegan la Pasión Viviente de Castro Urdiales, una magnífica representación por las calles de la villa en la que participan cientos de vecinos; y la Folía en San Vicente de la Barquera, la fiesta de los marineros en honor a su Virgen.
En julio de nuevo Castro Urdiales con su Coso Blanco el primer viernes de mes se llena de aires festivos. Ya en agosto llegan algunas de las fiestas más populares como el Día de Cantabria, la Gala floral de Torrelavega, la Batalla de Flores de Laredo y las Guerras Cántabras en Los Corrales de Buelna.
En otoño es el Día de Campoo el que llena Reinosa de carretas y deportes autóctono, y la fiesta del Orujo nos traslada a Liébana, hasta una de sus tradiciones seculares.
Entre estas, otras de interés turístico regional, igualmente tradicionales, divertidas y singulares. Siempre hay una cita en Cantabria para celebrar una fiesta.
Y junto a todo lo anterior, Cantabria ofrece un paisaje único, decenas de playas, valles casi desconocidos, pueblos con todo el sabor y ambiente de antaño, manifestaciones culturales de primer nivel en la capital Santander y un sinfín de motivos y alicientes para acercarse hasta esta tierra en azul y verde.
Todo esto y mil cosas más para disfrutar de una visita rural a Cantabria. Y para que tu escapada sea perfecta y sin preocupaciones, no olvides tampoco la seguridad en tu vivienda habitual. ¿Lo más importante? Conectar tus cámaras de vigilancia. Y es que, la videovigilancia es una de las mejores medidas de seguridad por la que podemos optar a la hora de buscar la tranquilidad de nuestro hogar.
Ahora si, a disfrutar de nuestra escapada.