Son quince los que te mostramos en esta ocasión y en este bonito viaje que hemos realizado este verano por tierras de Cantabria. Hemos disfrutado viendo bosques de Secuoyas, playas infinitas, poblados que nos han trasladado 2000 años atrás, faros en lugares imposibles y muchos pueblos bonitos. Pintorescos pueblos junto al mar o en valles de ensueño, envueltos por la brumas de sus bosques, salpicados de casonas de piedra. Todos ellos con un encanto especial y que nos han dejado un recuerdo inolvidable. Esperemos que te guste.
El puente de la Maza de San Vicente de la Barquera
Cuenta la leyenda que si cruzas el puente corriendo sin respirar, te casas. Toda una proeza teniendo en cuenta su más de medio metro de longitud y sus 32 arcos. Después de recuperar el aliento, no dudes en ascender por la calle Alta donde te esperan los monumentos más emblemáticos de la ciudad: el castillo, el Palacio de la Familia Corro y la iglesia de Santa María de los Ángeles, dominando la puebla y la ría.
Mogrovejo, un pueblo de película en Cantabria
Al abrigo de los Picos de Europa, en la carretera que une Potes con Fuente Dé, se encuentra la bella aldea de Mogrovejo.Un lugar de película que ha sido escenario del rodaje Heidi, la reina de las montañas. Y no es de extrañar ya que esta bella población de menos de medio centenar de vecinos y que está declarado Conjunto Histórico Rural, se encuentra en un entorno único y espectacular.
Faro del Caballo en el ascenso al Monte Buciero, Santoña
760 peldaños bajan hasta el Faro del Caballo. Recuerda que luego tienes que subirlos. Se trata de uno de los rincones más bellos que vamos a encontrar dentro de la ruta circular que discurre por uno de los parajes más bellos del litoral cántabro, el Monte Buceiro. Un macizo rocoso situado en la localidad de Santoña y que se adentra en el mar.
De Somo a Langre por la Costa
La belleza de este paseo que discurre entre Somo y Langre por la costa de Ribamontán al Mar, es infinita. ¿Por el camino? Peregrinos y surfistas en la playa de Somo; senderos entre dunas y pinos que conducen hasta preciosas playas como la playa del Bao o la de Los Tranquilos; altos acantilados y miradores, como el de Llaranza, que nos ofrecerá una imagen increíble del Cantábrico. Y al final…Langre.
El poblado cántabro de Cabezón de la Sal
Nos trasladamos en el tiempo más de 2000 años atrás con la visita a este poblado fortificado que nos acercará a la historia, modos de vida y costumbres de los habitantes de este territorio a finales de la Edad de Bronce y durante la posterior edad de Hierro. Entraremos en sus cabañas y veremos los telares con los que tejían sus vestimentas; un molino de piedra con el que molían el cereal y armas con las que defendían su pueblo del ataque romano en las Guerras Cántabras.
Playa de los Locos en Suances
La Playa de Los Locos se asoma al mar abierto entre los acantilados de la “Piedra Blanca”, una gran península rocosa donde también se ubica el Faro de Suances. Un lugar único para practicar surf en Cantabria donde es posible ver el sol poniéndose en la línea del horizonte. Desde los años setenta, generaciones de deportistas de las olas han hecho de esta playa una de las más conocidas entre los círculos surferos a nivel mundial. En otras playas de Suances como en La Concha o en la Tablía también se puede practicar este deporte.
La Puebla Vieja de Laredo, el paraíso de picoteo
Hemos de reconocer que el Laredo antiguo tiene un encanto especial. Formado por la Puebla Vieja y su Arrabal, esta parte de la ciudad enamora con su laberinto de rúas medievales que nos llevan casi sin darnos cuenta hasta la iglesia de Santa María de la Asunción, el monumento más importante. Los amantes de las tapas y el picoteo van a encontrar aquí su paraíso, con infinidad de tabernas y bares con mostradores repletos de pinchos. ¿Nuestro favorito? El Buenos Aires y su pincho de Bocarte con queso de cabra.
Bárcena Mayor
Tras cruzar un bonito puente de piedra sobre el río Argoza, accedemos a uno de los pueblos más antiguosy bonitos de Cantabria. Estamos en pleno valle de Cabuérniga, en pleno corazón del Parque Natural de Saja-Besaya, en un entorno natural único. Lo mejor para disfrutar de este pueblo de ganaderos y pastores es perderse entre sus calles estrechas y empedradas y contemplar sus apiñadas casas de arquitectura tradicional, prototipo de la vivienda montañesa rural.
Las Secuoyas del Monte Cabezón
En un entorno único, en el Monte Cabezón ( Cabezón de la Sal) encontramos este bosque de secuoyas, todo un monumento natural en el cual encontramos más de 850 ejemplares de esta especie tan inhabitual en Cantabria. La altura de las secuoyas oscila entre 40 y 50 metros y su perímetro normal ronda los dos metros. Este agradable paseo entre secuoyas y robles es, sin duda, uno de los grandes atractivos de Cabezón de la Sal.
Vista del Mirador del Cable en Fuente Dé
25 km separan Potes de Fuente Dé, un lugar único y mágico que no puedes dejar de visitar si estás por Cantabria. Merece, y mucho, la pena coger el teleférico (abierto todo el año; reservas en www.cantur.com precio: 17 € ida y vuelta), que recorre 1400 metros en tres minutos y 40 segundos y nos deja 750 metros más arriba, en la estación del Balcón. ¿Qué nos espera allí arriba? Unas vistas maravillas maravillosas de los Picos de Europa y muchos senderos de montaña para disfrutar plenamente de la naturaleza.
La Torre del Infantado en Potes
Santo Toribio de Liébana y el «Lignum Crucis»
Santillana. Un paseo por su Colegiata y Altamira
Palacio de Sobrellano en Comillas
Soberbio monumento diseñado por Domenech y Montaner, con una bella fachada neogótica que te dejará sin palabras. Al igual que la Universidad Pontificia, el Capricho de Gaudí y la Puebla Vieja. Este último rincón declarado Conjunto histórico artístico es maravilloso, con sus casonas solariegas blasonadas y el centro, formado por la plaza Medieval, el Ayuntamiento y la iglesia de San Cristóbal.
Castro Urdiales
En el extremo más oriental de Cantabria se encuentra la villa marinera de Castro Urdiales, rodeada de bellos paisajes costeros, tanto de acantilados como playas de fina arena. La fotografía más buscada es, sin duda la iglesia de Santa María de la Asunción, el castillo del Faro y las ruinas de la ermita románica de San Pedro. Obligado en este pueblo es el chiquiteo en el casco antiguo, repleto de tabernas con su barras de pinchos y raciones es una auténtica delicia. Los bares más atractivos se encuentran en los soportales, junto al puerto, y también en la calle la Rúa. ¡Imprescindible!