Enclavada a orillas del río Duero esta bella localidad castellano-leonesa conserva en su casco antiguo una veintena de construcciones románicas que le han valido la declaración de Conjunto Histórico-Artístico.
El visitante quedará impresionado nada más ver el cimborrio de su Catedral o su Puerta de Olivares, uno de los restos de las tres murallas que la ciudad lució en la Edad Media, que hicieron que fuese llamada La Bien Cercada.
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A través de su Puente de Piedra, románico del siglo XII el cual se apoya en dieciséis arcos apuntados y otros tantos vanos, entrarás en esta ciudad y te transportarás sin esfuerzo a la Edad Media gracias a sus murallas, iglesias, palacios…
El Castillo, en el extremo de la primera muralla, es una fortaleza de dos recintos por la que se puede pasear y divisar una magnífica panorámica de la ciudad. Aún conserva la Torre del Homenaje, la puerta y el foso.
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Dentro ya del casco antiguo es parada obligatoria la Catedral (S.XII) con su torre, su cimborrio, su puerta del Obispo, su Capilla de San Bernardo…y siguiendo por las calles empedradas podremos admirar todo el legado de iglesias románicas como la de San Idelfonso (románica de los siglos XII y XIII), la Iglesia de la Magdalena (románica de la misma época), la Iglesia de San Juan de la Puerta Nueva ( en la Plaza Mayor), la Ermita de Santiago de los Caballeros ( dice la tradición que fue armado caballero el Cid), la iglesia de San Isidoro (S. XII), la iglesia de Santa María la Nueva junto a la cual encontramos el Museo de Semana Santa, primer museo español dedicado totalmente a la imaginería procesional.
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La arquitectura civil de Zamora está representada por edificios tan importantes como el Palacio de los Condes de Alba y Aliste, renacentista, destaca por su magnífico patio rectangular. Actualmente alberga el Parador Nacional de Turismo. El Palacio de los Momos, de estilo gótico, actual sede del Palacio de Justicia. El Palacio del Cordón (finales del siglo XV) que alberga la sede del museo de Zamora. Por último el Hospital de la Encarnación , sede de la Diputación Provincial, fundado en 1624 como hospital y usado después como orfanato, escuela y prisión.
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Otro de los alicientes para venir a conocer Zamora es su gastronomía. Entra en algún restaurante y prueba la ternera de Aliste o el lechazo, auténticos manjares. Pero además de las carnes, Zamora, debido a sus cauces de los ríos, siente predilección por el pescado. Preparan muy bien el bacalao y el pulpo y las truchas y los cangrejos son base de muchos de sus platos. Aunque mención aparte merecen sus quesos y sus vinos como el de Toro con Denominación de Origen.
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Y hablando de vinos Toro merece una mención especial y es parada obligatoria si visitas Zamora. Bautizada como Capital de la Tierra del Vino Toro es Conjunto Histórico-Artístico. Visita alguna de sus bodegas y además de comprar vino podrás ver todo el proceso de elaboración y tratamiento. Además es muy monumental. No dejes de visitar la Colegiata de Santa María La Mayor, además de sus múltiples iglesias, conventos, monasterios y al lado del pueblo el Castillo de Villalonso.
La mejor ocasión para visitar Zamora es durante la celebración de la Semana Santa, Fiesta de Interés Turístico Internacional.
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