Visitar Sepúlveda en cualquier momento del año es toda una delicia pero si, además, coincide en abril, fecha en la que tiene lugar la III Feria del Vino y el Queso Segoviano, la experiencia se multiplica por mil. ¿La cita? Los días 16 y 17 de abril, fin de semana en el que podrás realizar ricas degustaciones y comprar productos de la tierra en los diversos puestos gastronómicos de la Plaza de España.
Y la excusa perfecta para poder visitar el principal foco románico de la provincia, monumento Nacional desde 1952, y contemplar sus atractivos monumentales como sus murallas, sus iglesias; su sorprendente entorno, con las Hoces del Río Duratón como telón de fondo. Y, por su puesto, su buena despensa castellana.
Una de las actividades que más interés despierta en esta Feria es la III Tapa del Vino en la que bares y restaurantes realizarán creaciones culinarias deliciosas para que todo aquél que se acerque hasta Sepúlveda, disfrute de una exquisita ruta de gastronomía en miniatura. Por 2,50 € cada establecimiento propondrá un vino segoviano para maridar con tapas tan ricas como Cucurucho de crujientes y croquetas de rabo de toro al vino de Oporto; Mini hamburguesa de buey con queso de cabra, cebolla confitada y reducción de vino tinto o Pan tumaca con pimiento del piquillo y anchoas de Santoña con clara y palitos de pescado espolvoreado, entre otras.
Qué visitar en Sepúlveda
Un paseo por Sepúlveda supone realizar un viaje al Medievo. Sus murallas, de las que se conservan cuatro de sus siete puertas originales y los restos del antiguo Castillo, nos da una idea de la importancia que tuvo esta villa en la Edad Media. Después, un paseo por su recinto amurallado, con sus típicas calles empinadas bordeadas de casonas blasonadas, como las de la Plaza Mayor, con soportales y presidida por el antiguo Ayuntamiento, del siglo XVII.
En Sepúlveda, principal foco del Románico de la provincia, también te esperan joyas monumentales que no te puedes perder. Entre ellas, El Salvador, la Virgen de la Peña, San Bartolomé, San Justo y Santiago, hoy Centro de Interpretación del Parque Natural Hoces del Río Duratón, nuestra siguiente parada obligatoria.
Las Hoces del Río Duratón son un profundo cañón que, en algunos lugares, alcanza los cien metros de desnivel. En sus paredes anidan parejas de buitres leonados, además de águilas reales y halcones peregrinos.
Y enmarcada en este paisaje espectacular se encuentra la Ermita de San Frutos, del siglo XI, lugar de retiro del Santo y patrón de Segovia. Para los amantes del turismo activo, la forma más espectacular de ver el cañón es en piragua. Hay empresas que organizan recorridos por el río.
Comer en Sepúlveda
Sepúlveda es para los amantes del cordero asado un auténtico paraíso. La Costa del Cordero asado, como se denomina a esta villa medieval, presume de contar con numerosos restaurantes dedicados, casi todos y por entero, a la elaboración de este exquisito manjar. El cordero se asa en recipiente de barro y al fuego de leña, y como acompañamiento, nada mejor que una ensalada de lechuga, un buen pan de hogaza y, por supuesto, un vino de la Ribera del Duero.