Inauguramos estación con una escapada a la ciudad de la Alhambra. Y es que, Granada es uno de esos destinos que apetece conocer en cualquier época del año por las magníficas estampas que se extraen desde el Albaicín, el frescor que se desprende de los árboles que jalonan el Generalife y los románticas paseos desde la orilla del Darro y el Paseo de los tristes. ¿El toque musical? Los espectáculos flamencos del Sacromonte. ¿Un plus añadido? Su gastronomía, que deleita toda clase de paladares.
Granada es una ciudad para descubrir con calma. Moverse en coche es misión imposible así que, ponte calzado cómodo y realiza rutas a pie para descubrir sin prisa pero sin pausa sus rincones más sorprendentes. Si quieres contemplar una impresionante panorámica de Granada, no dudes en subir hasta el mirador de San Cristóbal, situado al oeste del Albaicín. De noche, desde aquí, la ciudad brilla más que nunca y podrás contemplar lo que será nuestra primera visita y uno de los grandes símbolos de la ciudad: La Alhambra.
Una visita a La Alhambra, la fortaleza roja
Y es que, acercarse al oasis de patrimonio natural y cultural que se asienta sobre la colina de Sabika y sus alrededores, supone una experiencia difícil de olvidar, un retroceso a épocas pasadas y a un sinfín de leyendas. De hecho, las cifras de la “Fortaleza Roja” hablan por sí solas: más de tres millones de turistas al año provenientes de los cinco continentes quedan seducidos por este emblema nazarí. Algunas de sus joyas son el palacio que encargó Carlos V, la Alcazaba, desde donde se disfruta de unas increíbles vistas de la ciudad, los jardines del Generalife (famosos porque cuenta la leyenda que es donde Boabdil lamentó la pérdida de Granada), o los conocidos Patio de los Leones, que representa el paraíso en la tierra, y Patio de los Arrayanes.
Recorre los barrios del Albaicín y del Sacromonte
Otro de los rincones que enamora dentro de la ciudad por sus callejuelas empinadas, sus patios floridos, sus bellas mansiones y sus animadas plazoletas, es el barrio del Albaicín que en 1994 fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad. Aquí se ubica la Casa de Zafra de arquitectura árabe y el Aljibe del Rey, el mayor pozo histórico de la ciudad. El Mirador de la Cruz de Rauda es el lugar desde el que se obtienen las mejores vistas de este barrio y que alberga un antiguo cementerio judío del siglo XIII. Y desde el Mirador de la Lona vistas del centro histórico y de la ciudad moderna, la Catedral, el Monasterio de San Jerónimo, la calle Elvira, las Facultades o la Avenida de la Constitución.
Y más arriba, el barrio del Sacromonte es una de las visitas con mayor encanto que se puede realizar. Se trata de un barrio de población mayoritariamente gitana, con sus cuevas troglodíticas que se hunden en las laderas y esconden en su interior espectáculos flamencos, denominados “zambra”.
Un paseo por el centro
El centro de la ciudad se presta para ser recorrido y descubrir grandes atractivos turísticos como la Catedral y la Capilla Real. Esta capilla se diseñó para convertirse en el mausoleo con los restos de los Reyes Católicos. Junto a la Catedral no te puedes perder la Alcaicería, un antiguo zoco que durante la Edad Media se dedicó a la venta de telas. Hoy en día está repleto de negocios de artesanía y de tienditas que venden todo tipo de recuerdos para llevarte de la ciudad. Pero aún hay más…la iglesia de Santo Domingo, el barrio del Realejo, la Plaza del Triunfo, La Madraza (la primera universidad de la ciudad), Puerta Elvira (de aquí arranca una ruta de tapas y un ambiente joven muy animado). Tampoco pasarán inadvertida la estampa que ofrece el puente sobre el río Darro, el Monasterio San Jerónimo fundado por los Reyes Católicos, la Abadía del Sacromonte o el Monumento a Isabel La Católica y Cristóbal Colón.
Disfruta de la gastronomía gastronomía con las “tapas” como protagonistas
Durante la estancia en esta ciudad la gastronomía también ocupa una parte importante. Es conocido el pan de Alfacar con más de 500 años de antigüedad, el cordero segureño, la tortilla de Sacromonte, el remojón granadino de bacalao y naranja, las habas con jamón o la típica olla podrida, de origen judío. Y es que Granada ha heredado el saber culinario de las diferentes culturas que han protagonizado su historia y las aportaciones árabes y judías ocupan un lugar importante.
Pero si por algo es conocida Granada es por sus ruta de tapeo. En Granada una caña o un vino con tapa cuesta de media dos euros. Pero la tapa que te ponen es brutal. Estos son algunos de los bares que probamos y que si o si tienen que estar en tu ruta de tapeo.
Los Manueles. Todo un clásico que abrió sus puertas en el año 1917. En sus mesas se han sentado SS.MM los Reyes de España. Actualmente se encuentra en la C/Reyes Católicos 61, junto a la Plaza Nueva, y en Monjas del Carmen 1. La verdad es que es una auténtica gozada tapear aquí. Tienes una carta más informal en plan “pica-pica” para tomar en barra o en mesas altas. Pero también puedes comer o cenar en el restaurante, con una carta más sofisticada. Nosotros como queríamos probar varias cosas, nos decantamos por la primera. ¡Y casi salimos rodando! No te pierdas sus Albóndigas XXL, sus Croquetones XXL o sus deliciosos Pimientos rellenos de rabo de toro.
Bar Patio Braserito. El restaurante Patio Braserito enclavado en pleno corazón de Granada en la Calle Rosario ofrece una variada selección de recetas tradicionales pero, sobre todo, una amplia carta de vinos. Un clásico de la cocina local granadina donde, a la hora de tapear, te ponen productazo. Lo mejor de lo mejor.
Casa Torcuato. Otro clásico situado en pleno barrio del Albaicín que abrió sus puertas en el año 1932 como Casa Paco. En el año 1946 Torcuato Martínez, hijo del fundador, le cambiaría el nombre al restaurante y pasó a llamarse Casa Torcuato. Aquí todo está bueno, especialmente los boquerones y las berenjenas. Buenos vinos y buenas tapas. De calidad.
Y si quieres sentarte a mesa y mantel…
Ahí va nuestra recomendación, Alacena de las Monjas, un restaurante situado en pleno centro histórico de Granada que llama la atención por sus salones abovedados y donde podrás degustar una deliciosa cocina de mercado basada en la tradición. ¿Para compartir? Un delicioso Tartar de salmón y aguacate (12€), de los mejores que hemos probado. ¿Y entre los principales? Manitas de cerdo deshuesadas rellenas de foie y setas con salsa de almendras de Granada (18€) y Tallin de pollo picantón al estilo Andalusí (15€). Una delicia.