Si estás pensando en una escapada para el mes de mayo, te invitamos a que te pierdas por Girona y sus alrededores y descubrir, en pocos kilómetros, una ciudad llena de espectaculares espacios florales; una comarca que esconde volcanes; uno de los litorales más bellos y mejor conservados de toda la Península y un puñado de pueblecitos medievales con mucho sabor y encanto. ¿Te vienes a descubrirlos?
Girona da la bienvenida a la primavera cada mes de mayo con Temps de flors, una de las citas culturales más llamativa de Cataluña en la que las calles y algunos rincones y monumentos más representativos de la ciudad se llenan de espectaculares creaciones florales. ¡Todo un acontencimiento que no deja indiferente a ningún visitante!
Sin duda, se trata de la excusa perfecta para disfrutar de un paseo por su casco histórico, visitando la Catedral, el Barrio Judío, los baños Árabes o la popular Leona. Y, por supuesto, las pintorescas casas colgadas sobre el río Oñar, que ofrecen la imagen más buscada de la “Ciudad de los cuatro ríos”.
Pueblos medievales Girona
Una visita a la comarca de La Garrotxa supone adentrarnos en tierras volcánicas y descubrir paisajes que nos irán sorprendiendo a cada paso. Es el caso de Olot, una localidad medieval, con alma modernista, cuyo gran atractivo gira en torno a uno de sus volcanes principales: el Montsacopa.
Olot es un buen punto de partida para adentrarnos de lleno en la ruta de las coladas de lava, que emitidas por diferentes volcanes y enfriadas con la erosión de los ríos, han dado lugar a espectaculares riscos como el de Castellfollit de la Roca. ¡No te lo puedes perder!
Castellfollit de la Roca
A tan sólo 6 kilómetros encontramos la joya medieval de la comarca, Besalú. Cada rincón de esta localidad, que presume de ser monumento histórico artístico desde 1966, transpira historia por los cuatro costados. Tras el Pont Vell, auténtico símbolo de la ciudad, descubrirás los secretos de antiguas historias de la comunidad judía medieval que residió aquí.
Besalú
Y como curiosidad: ¿Sabías que Besalú es el escenario de “El Puente de los judíos”, la obra de Martí Gironell que se ha convertido en uno de los libros más vendidos de estos últimos años en Cataluña? La novela, que recrea la construcción del puente de Besalú, ha inspirado algunas de las visitas guiadas que ofrece el municipio.
Y de los paisajes volcánicos nos vamos a la Costa Brava donde te esperan calas recónditas, pueblecitos de sabor marinero y mucho arte, como el que encontraremos en Cadaqués. Y es que, este precioso pueblo situado en el Parque Natural de Cap de Creus, es una parada obligatoria para descubrir la peculiar obra del genial Salvador Dalí. Para profundizar en el universo de este artista no dudes en seguir el Triángulo Daliniano, un espacio mágico integrado por el Teatro-Museo Dalí en Figueres, la Casa-Museo de Salvador Dalí, en Portlligat y el Castillo Gala Dalí de Púbol, donde Gala, su musa y esposa, pasó la mayor parte de su vida.
Cadaqués
No podemos abandonar la Costa Brava sin realizar una parada en uno de los pueblos más bonitos de toda la costa, Tossa de Mar. No es de extrañar que el pintor ruso-francés Marc Chagall definiera esta villa como el Paraíso Azul. Piérdete por su recinto amurallado conocido como la Vila Vella y luego date un baño en Es Codolar, una cala muy pequeña, que se encuentra situada justo detrás de la ciudad amurallada.¡ Ya te lo decíamos, el Paraíso Azul! Y Tossa, consciente de ello, concentra un gran número de hoteles con encanto en la Costa Brava. Date el capricho, alójate en alguno de ellos, a pie de playa, y disfruta de una experiencia inolvidable.
Tossa de Mar
Pero si eres de los que prefiere disfrutar de calas paradisíacas sin que la multitud te moleste, no dudes en coger el coche y recorrer la carretera que va de Tossa del Mar a Sant Feliu de Guíxols. Te impresionará el contraste del azul turquesa de sus aguas con el verde de los pinos que llegan prácticamente al nivel del mar.
Una de estas pequeñas joyas de la Costa Brava que merece la pena visitar es Cala de Sa Futadera. El acceso es bastante complicado pero merece la pena bajar los 300 escalones que te llevarán directo hasta el paraíso. Cuando llegas abajo te encuentras aislado, en medio de un gran acantilado que resguarda la playa y unas aguas cristalinas salpicadas de bonitas embarcaciones que aprovechan la calma del mar para fondear.
Cala de Sa Futadera
Y después de este delicioso baño te invito a dar un paseo por dos de los conjuntos medievales más bonitos de Cataluña, que se encuentran en el Baix Empordá: Peratallada y Pals. Durante siglos, Pals (pantano en latín) estuvo muy castigada por las crecidas del río Daró. Hoy es una delicia pasear por las calles de esta ciudad amurallada cuyo recinto medieval tuvo que ser reconstruido tras la Guerra Civil. No es de extrañar que la villa fuese galardonada con varios premios, entre ellos el Premio Nacional de Bellas Artes y Turismo en 1980.
Palls
Como puedes comprobar, en este rinconcito del Mediterráneo te espera una interminable colección de joyas naturales, patrimonio, cultura y gastronomía. No nos podemos olvidar de la gastronomía. Y es que, en toda la provincia podemos saborear una de las mejores cocinas del mundo, desde restaurantes galardonados con Estrellas Michelín hasta sencillas masías o humildes tabernas en puerto de mar. ¿Qué más se puede pedir?