El Rocío es, sin lugar a dudas, uno de los rincones más especiales de nuestra geografía. La devoción que los almonteños tienen hacia su Virgen ha conseguido contagiar a millares de personas y traspasar fronteras. Hablamos de la Virgen del Rocío y de su aldea, en el término municipal de Almonte. Si a esto unimos una privilegiada ubicación al borde de la Marisma y dentro del Parque Nacional de Doñana, la escapada a este bello rincón se convierte en una experiencia única. Te invitamos a conocer este “poblado del lejano Oeste” en Huelva, con sus caballos y sus calles de arena. ¿Te animas?
La visita al Rocío
Calles sin asfaltar, casitas blancas, Hermandades Rocieras, muchos caballos y un gran fervor religioso es lo que encontramos en nuestra visita a la aldea del Rocio. Nada más llegar te recomiendo que aparques el coche y disfrutes del paseo. ¡Tu vehículo lo agradecerá! Igual te evitas algún quebradero de cabeza…
Tu recorrido te conducirá al famosísimo Santuario de Nuestra Señora del Rocío, el gran atractivo turístico de este bonito rincón. El edificio actual es un hermoso templo de estilo neobarroco que llama la atención por la enorme concha que sobresale de la fachada. En el interior, en un gran ábside semicircular, se encuentra la imagen de la Blanca Paloma, obra del siglo XIII, aunque restaurada en el siglo XV, tras su hallazgo.
A modo de curiosidad te comento que la primitiva ermita y la imagen de la Virgen tienen sus orígenes en el siglo XIII, pero no será hasta el siglo XV cuando se reconstruya la ermita en el lugar el que, según la tradición, encontró la imagen un cazador. En el año 1755, debido al terremoto de Lisboa, el santuario quedó en ruinas hasta que en el año 1963 se derribó y se reedificó nuevamente.
La romería del Rocío
El sábado, domingo y lunes de Pentecostés se celebra la romería, a la que acuden actualmente más de un millón de personas así como hermandades de todas partes de España. El lunes es cuando tiene lugar el acontecimiento más esperado por los almonteños a lo largo del año: el asalto al templo por los mozos en una increíble lucha por alcanzar a la imagen, y la posterior procesión de la Blanca Paloma. Resulta todo un espectáculo ver a la marea humana aclamando y aplaudiendo a su Virgen.
Entorno
El Rocío es una de las puertas de entrada al Parque Nacional de Doñana, y es un buen punto de partida para explorar el parque natural. Hablamos de más de 50.000 Ha (más de 50.000 campos de fútbol) de espacio protegido en el cual podemos encontrarnos con cuatro entornos naturales totalmente opuestos entre sí: más de la mitad del parque son marismas, y en la otra mitad nos encontramos con una amplia cantidad de bosque; una zona de dunas (algunas alcanzan más de 10 metros de altura) lo bastante amplia para creer que estamos en el desierto; y para finalizar, 35 kilómetros de auténtica playa virgen que va desde Matalascañas (Huelva) hasta la desembocadura del Guadalquivir (San Lucár de Barrameda). No te lo puedes perder.
Dónde comer en el Rocío
Llegó la hora de comer y nos decantamos por Restaurante Toruño, que se encuentra en la Plaza Acebuchal. Las vistas a las marismas del Parque de Doñana y la carta nos cautivó desde el primer momento. Me quedó con dos cosas: con el jamón ibérico y con la presa de paleta ibérica a la brasa, que estaba espectacular. Y como el plato estrella , Ternera Mostrenca Lechal de Doñana, no lo probamos, habrá que volver de nuevo.