De visita obligada es esta bonita localidad de Durango, que se encuentra a 30 kilómetros de Bilbao, por su casco antiguo bien conservado y por contar con unos alrededores con algunos de los parajes naturales más bellos de Vizcaya.
Su Cruz de Kurutziaga, monumento emblemático de la población que fue traído de Italia en el siglo XV por un monje franciscano, ya nos hace pensar que nos encontramos ante una ciudad cargada de historia en la no han faltado guerras de bandos, bombardeos ni tampoco persecuciones religiosas. Concretamente la Cruz, de más de cuatro metros de altura con escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, está relacionada con uno de los episodios más conocidos de la historia de Durango: la herejía que tuvo lugar entre 1442 y 1444.
Podemos iniciar la visita dando un paseo por su casco antiguo de origen medieval, donde encontraremos auténticos tesoros de su gran legado artístico. Uno de ellos, sin duda, es el Arco de Santa Ana, el único que sigue en pie de los seis que había en la muralla que rodeaba la villa. Muy cerca nos espera la parroquia de Santa Ana, del siglo XV, de planta herreriana. Visita también el Ayuntamiento, con su impresionante fachada decorada con pinturas barrocas; la iglesia de San Pedro de Tabira que, según la tradición local, es la más antigua de Vizcaya; la de Santa María de Uribarri y el Museo de Arte e Historia de Durango, situado en el antiguo palacio de Etxezarreta.
Imperdonable sería que desde Durango no te acercaras al Parque Natural de Urkiola, un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza y de la espeología, ya que el parque alberga cerca de 300 especies vegetales, unas 200 especies animales y casi 400 cuevas. Frente al Santuario de San Antonio se encuentra el Centro de Interpretación en el que te darán toda la información. Para llegar al parque hay que salir de Durango por la carretera de Vitoria y comenzar a subir el Alto de Urkiola.