A estas alturas no es ningún secreto que Asturias tiene algunos de los parajes con más encanto para pasar un fin de semana. Hay pocos planes comparables a disfrutar de una casa rural en Asturias y de los encantos naturales que la rodean. Aquí vamos a darte algunas ideas para pasar unos días en el Principado.
Asturias reúne lo mejor del mar y la montaña. Es verde como pocas regiones en España, abrupta porque está situada en el balcón del Mar Cantábrico, y montañosa, con algunas de las cumbres más impresionantes del país. A su riqueza paisajística acompaña una riqueza natural casi sin parangón. Así que tienes playas, los Picos de Europa, acantilados y pueblos de montaña que parecen sacados de otra época.
Empecemos por el mar. La lista de pueblos con encanto enclavados entre el Cantábrico y la montaña es amplia. Cudillero es un pueblo pesquero de mil colores construido sobre una ladera que desemboca en el mar; Lastres también se encarama a la montaña, de la que parece caerse; Luarca, lugar de nacimiento de Severo Ochoa, tiene un barrio pesquero único y un cementerio tan singular que parece dominar el Cantábrico desde su atalaya; Llanes, con su playa de Gulpiyuri, sus cubos de Ibarrola y sus fascinantes paisajes, es un lugar de una fotogenia tal que ha albergado incontables rodajes; Candás es otra villa marinera rodeada de acantilados contra los que el mar rompe con fuerza; y si lo que buscas es una fiesta local, qué mejor que pasarte por Ribadesella coincidiendo con el famoso descenso del Sella.
Pero si el abanico de ciudades costeras ya es imponente, ¿qué decir de los pueblos de interior? Ahí está Taramundi, un pueblo todavía hecho de piedra y pizarra desde donde podrás comenzar incontables rutas de senderismo. De Cangas de Onís destaca, claro está, el famoso puente romano sobre el Sella, con su cruz colgante.
Y luego están las rutas montañeras, quizá el sello distintivo por excelencia de Asturias. Porque estés donde estés en el Principado, debes reservar un día para realizar una excursión a los Picos de Europa. Puedes, por ejemplo, acercarte a ver a La Santina, que está en los Lagos de Covadonga, esa subida mítica de casi cada edición de la Vuelta a España. Desde allí podrás pasar por espectaculares miradores a esta cadena montañosa sin igual. Dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa está la ruta del Cares, un espectacular recorrido a través de un desfiladero, conocido por los asturianos como la Garganta Divina.
También es muy recomendable la Senda del Oso, una vía verde de 22 kilómetros entre Tuñón y Entrago. Todo el recorrido es de una gran belleza. Y por si hubiera pocos atractivos naturales, suma el Parque Natural de Somiedo, con sus bosques y lagos espectaculares.
Todo esto y mil cosas más para disfrutar de una visita rural a Asturias. Pero si aún te queda tiempo, ¿por qué no una visita a la ciudad? Oviedo, Gijón y Avilés, con un Centro Niemeyer que parece sacado del futuro, saciarán con sus muchos encantos tu lado urbanita.