El nombre de esta provincia suena a vino, pinchos y monumentos. Pero es mucho más: tiene un rico patrimonio histórico, una rica gastronomía y muchas opciones de ocio. Sobran motivos para una increíble ruta turística por Valladolid. Te lo contamos en 4 planes.
1. Valladolid. Cultura, vinos y pinchos
Combinar turismo con gastronomía es una sabrosa experiencia que nadie debería perderse en Valladolid. Y es que esta ciudad del vino se ha volcado para convertirse en todo un referente nacional a la hora de ir de tapas. ¿El motivo? La celebración anual del concurso El Pincho de Oro, que anima a numerosos locales a competir con sus propuestas más novedosas. ¿Nuestro favorito? Los Zagales, uno de los restaurantes que más veces ha ganado el concurso El Pincho de Oro. Sin duda, uno de los que más llama la atención debido a los pinchos tan novedosos que proponía. Nos quedamos con el Tigretostón, con pan negro, tostón, morcilla, cebolla roja confitada y crema de queso. Fue el pincho ganador del concurso nacional de tapas del 2010.
Pero no todo va a ser pinchos y vinos. Y es que Valladolid guarda tantos tesoros…La que fuera capital de España bajo el reinado de Carlos I, es una ciudad cargada de cultura y de mucha historia. De hecho, muchos personajes históricos han pasado por aquí, como los Reyes Católicos, que se casaron en esta ciudad. Después de hacer una parada en su bella Plaza Mayor, con sus soportales, es obligado perderse por su casco histórico que cuenta con bellas iglesias, como la de Santa María de la Antigua, la de San Pablo o las Angustias; palacios, como el de Marqués de Villena, el de los Pimentel, donde nació Felipe II, el palacio Real, donde residió Felipe III o el palacio de Fabio Nelli. Y la Catedral, la de Nuestra Señora de la Asunción, diseñada por Juan de Herrera. Y mucha cultura…¿Entre los imperdibles? El Museo Nacional de Escultura, con colecciones únicas; el Museo Oriental y el Museo de Arte Contemporáneo.
2. Olmedo. Parque Temático del Mudéjar de Castilla y León
En una escapada a Valladolid no podemos dejar de visitar Olmedo, considerada la capital del mudéjar vallisoletano, y ligada para siempre al dramaturgo Lope de Vega. Se trata de un viaje fascinante en el tiempo en el que disfrutará toda la familia, sobre todo los más pequeños. Y es que uno de los grandes atractivos que nos ofrece Olmedo es el Parque Temático del Mudéjar de Castilla y León. Se trata de un recinto de 15.000 metros cuadrados que reúne 21 réplicas arquitectónicas a escala 1:8 construidas con ladrillos del tamaño de un dedo, y en el que podemos realizar un recorrido por el mudéjar castellano y leonés. Disfrutaremos de lo lindo contemplando edificios tan alejados como el Castillo de la Mota o el Castillo de Coca, en apenas cinco minutos. Y todo esto en medio de un espléndido jardín, con arroyos y fuentes donde los más pequeños tendrán la diversión asegurada en una zona recreativa especialmente diseñada para ellos. Sobre todo en el recorrido sobre un tren en miniatura que serpentea el parque con vagones de época.
3. Tordesillas. Un encuentro con Juana la Loca
Hablar de Tordesillas es hablar de Juana I de Castilla, apodada “La Loca”, quien vivió encerrada desde 1509 en Tordesillas primero por orden de su padre Fernando el Católico y después por orden de su hijo el rey Carlos I. ¿Su lugar de reclusión? Real Monasterio de Santa Clara, antiguo palacio construido por Alfonso XI hacia el año 1340 y continuado por su hijo Pedro I. Tómate tu tiempo para visitar este Monasterio ya que tiene un gran valor histórico artístico y está considerado como uno de los mejores ejemplos mudéjares de Castilla y León.
Después, de obligada visita con las Casas del Tratado, la iglesia-museo de San Antolín, el convento de San Francisco y, como no, la Plaza Mayor, el punto neurálgico de la población, una típica plaza castellana rodeada de soportales, con grandes miradores y balconadas. Buen momento para degustar en cualquier taberna un buen vino de la Ribera del Duero.
Y aunque cualquier momento es bueno para una visita a Tordesillas, apunta esta fecha en el calendario: marzo, mes donde tiene lugar la Conmemoración de la llegada de Juana I de Castilla a Tordesillas.
4. Urueña. Un viaje apasionante al mundo de los libros
Recorrer las calles de esta pequeña villa medieval declarada Conjunto Histórico Artístico en 1975, es retroceder en el tiempo. En su época de esplendor, en la Edad Media, Urueña contó con tres monasterios, cinco ermitas y tres parroquias y actualmente te sorprenderá por sus numerosas librerías. La primera Villa del libro de España cuenta, además, con un interesante museo, el Centro e-Lea. Se trata de un espacio dedicado a la lectura, la escritura y sus aplicaciones , que te permitirá adentrarte en el apasionante mundo de los libros. Sin duda, un plan diez si vas con niños.
También es un plan diez descubrir cada rincón de esta pequeña población. Sus antiguas murallas de tiempos de Sancho III, con dos puertas, la de la Villa y la del Azogue; casas nobles; la ermita de Nuestra Señora de la Anunciada, del siglo XII y único ejemplo de románico catalán en Castilla; los restos del Castillo, que fue mandado construir por Fernando I y el Centro Etnográfico Joaquín Díaz, que se instaló en 1989 en la Casona de la Mayorazga. Entre sus muros encontrarás antiguos grabados y multitud de archivos sonoros que recogen la tradición folklórica musical. La Fundación alberga una de las colecciones de instrumentos tradicionales más importantes de España. No te lo puedes perder.