La Alcarria, famosa gracias entre otras cosas por Camilo José Cela, que la inmortalizó en su obra publicada en 1946 “Viaje a la Alcarria”, bien merece una visita por sus bonitos y sencillos pueblos, sus gentes, fiestas, arquitectura y, como no, por su gastronomía donde destaca su famosa miel. Para muchos, la mejor del mundo.
Guadalajara, el inicio del viaje a La Alcarria
La capital de la provincia es el inicio del Viaje de Cela a la Alcarria. Se trata de una ciudad que, a priori, no llama mucho la atención del turista, pero estamos seguros de que si le dedicas un día, te va a sorprender. Puedes comenzar la visita por el Palacio del Duque del Infantado, auténtico símbolo de la ciudad. Seguro que su fachada con piedras talladas en punta de diamante te recordará a la Casa de las Conchas de Salamanca. Poner un pie en la Plaza Mayor, punto neurálgico de la ciudad, es un paseo por iglesias, palacios y el Ayuntamiento. No olvides comprar los deliciosos bizcochos borrachos tan típicos de esta capital y llevarte algún tarro de la exquisita miel de la Alcarria. A 18 kilómetros se encuentra nuestra siguiente parada.
Torija, puerta natural de la Alcarria
En Torija, conocida como Puerta de la Alcarria y siguiente parada en nuestra ruta, nos da la bienvenida su impresionante fortaleza. ¿Sabías que este castillo fue volado por el famoso guerrillero Juan Martín “El Empecinado” para evitar que cayera en manos de las tropas francesas? El edificio fue reconstruido en el año 1962. En su Torre del Homenaje encontramos el primer museo dedicado al libro “Viaje a la Alcarria” de Camilo José Cela. Imprescindible es dar un paseo por esta bonita villa para disfrutar de sus estrechas callejuelas, sus plazas con soportales castellanos, los restos de sus antiguas murallas medievales y de sus casonas solariegas. No olvides probar la exquisita gastronomía del lugar y coincidir tu escapada con la Fiesta de la Historia Medieval, que tiene lugar en julio.
Brihuega, el jardín de la Alcarria
En su “Viaje a la Alcarria” Camilo José Cela nos describe esta pintoresca localidad que está declarada Conjunto Histórico Artístico. Para contemplar en todo su esplendor el Castillo de la Peña Bermeja, auténtico símbolo de la villa, comienza la visita desde el prado de Santa María, desde donde obtendrás unas bonitas vistas de los paisajes sobre el río Tajuña, la capilla del palacio y, junto a ella, la iglesia de la Virgen de la Peña. Perderse por el interior de su recinto amurallado o disfrutar del jardín romántico de la Real Fábrica de Paños o de las bonitas cuevas que atraviesan todo el municipio, es una bonita experiencia. En agosto tienen lugar uno de los encierros de toros más antiguos de España.
Cifuentes, bonito pueblo de la Alcarria
En Cifuentes te espera el Castillo de Don Juan Manuel y la iglesia Parroquial El Salvador, que fue construida originalmente en el siglo XIII. Su portada románica de Santiago constituye uno de los mejores conjuntos del arte románico de toda la provincia. El último fin de semana de octubre este bonito pueblo vuelve al medievo con su Feria Tradicional y Medieval. La Plaza Mayor de la villa y las calles aledañas albergan un mercado medieval con puestecitos donde se venden productos artesanales y tradicionales. Sin duda, el momento perfecto para probar las migas alcarreñas y sus “famosos torreznos”, que están de muerte.
Trillo, la Puerta del Alto Tajo
Visitar la Puerta del Alto Tajo, Trillo, y disfrutar de las posibilidades de turismo activo de la zona, es una auténtica delicia. La Casa de los Molinos o la cascada del Cifuentes, una hermosa cola de caballo de unos veinte metros de altura, catalogado como uno de los parajes más bonitos de la zona, son de visita obligada. Si eres amante de la naturaleza y los deportes acuáticos, puedes disfrutar del descenso del Tajo en piragua. Si buscas desconectar, podrás relajarte en las aguas del Real Balneario de Carlos III.
Nuestro viaje por la Alcarria sigue por el curso del río Tajo donde nos esperan los embalses de Entrepeñas y Buendía. Y después de visitar Sacedón, nos dirigimos hacia Zorita de los Canes, siguiente parada.
Zorita de los Canes. Entre fortalezas y ciudades visigodas
Lo mejor para visitar este pueblo es dejar el coche en las fueras, junto al río, y atravesar el arco de la muralla de entrada a la villa. Ponte un calzado cómodo e inicia la ascensión hacia lo alto de la fortaleza. ¿Sabías que el nombre del pueblo tiene su origen en los perros que los monjes guerreros tenían, tanto en las almenas, como en el patio de esta fortaleza? Pero Zorita de los Canes no es sólo su fortaleza. La Ciudad Visigoda de Recópolis es otro de los grandes atractivos que no te puedes perder. En el Centro de Interpretación de este Parque Arqueológico te informarán sobre las visitas guiadas al mismo.
Pastrana…mucho más que su Palacio Ducal
Comienza tu visita en la oficina de Turismo. Allí podrás concertar una visita guiada al Palacio Ducal y descubrir un sinfín de historias que han sucedido en su interior, entre torreones y celdas. Fue en este palacio donde vivió la famosa princesa de Éboli, en cuya Cámara de la Reja Dorada estuvo años recluida. Dice la leyenda que tan solo podía asomarse una hora al día a la bella reja del torreón de levante del palacio, desde la que se divisa la plaza mayor, de ahí que a la plaza se la llame “de la hora”. Pero en esta villa ducal, declarada Conjunto Histórico Artístico en 1968, te esperan aún muchos tesoros: la Colegiata, con su increíble colección de tapices; conventos fundados por Santa Teresa o el viejo barrio El Albaicín. No olvides llevarte a casa alguno de los dulces típicos de Pastrana como las Yemas de Santa Teresa, los bizcochos borrachos o algún tarro de la Miel de la Alcarria. Si planificas en el mes de julio podrás disfrutar del Festival Ducal de Pastrana donde los lugareños se ambientan en la época que recrea el Siglo de Oro de la Villa.