El Enoturismo vive un momento dulce. Faustino Rivero Ulecia supone un importante eslabón en el camino de quienes deseen iniciar un viaje para conocer el potencial de la Rioja Oriental, una región vitivinícola por excelencia que encuentra en la bodega un aliado que materializa la cultura e historia de la comarca, siempre al abrigo del Valle del Cidacos.
A poco más de media hora de la capital de La Rioja, Logroño, Rioja Oriental ofrece al visitante el encanto y embrujo de su paisaje: un mar de viñedos infinito que se une al patrimonio cultural y arquitectónico de sus villas con encanto, que conservan todo el sabor del paso del tiempo y las huellas de la Historia. Un paisaje cambiante capaz de sorprender en cualquier estación y que ofrece actividades enoturísticas, culturales y gastronómicas durante todo el año.
Productora de vinos desde hace generaciones, Rioja Oriental ha sabido reinventarse conjugando los métodos de elaboración tradicionales con la más moderna tecnología. En la zona conviven hoy bodegas de vanguardia, bodegas encalados subterráneos -cuevas ubicadas bajo las casas donde antiguamente se elaboraba y guardaba el vino y que aún hoy recorren el subsuelo de los pueblos- y bodegas tradicionales y centenarias.
A este último grupo pertenece Faustino Rivero Ulecia, una bodega originaria del Grupo Marqués del Atrio, uno de los principales productores de DOCa Rioja, que puso en marcha su aventura vitivinícola en el año 1899 en la localidad de Arnedo. Un espacio multifuncional, abierto a las visitas, y con un objetivo firme: difundir la cultura del vino, el amor por sus raíces riojanas y la tradición vinícola con eventos y experiencias en las sierras del Alto Valle del Cidacos.
El catálogo de experiencias de Faustino Rivero Ulecia está diseñado para ofrecer sensaciones que van mucho más allá de la visita lineal a la bodega. Entre sus propuestas se encuentran, por ejemplo, catas y maridajes especiales de vino y productos típicos de kilómetro 0 de la Rioja Oriental; jueves musicales en la terraza de su Wine Bar, un espacio donde poder degustar sus vinos por copas, disfrutar de una botella o de raciones y productos típicos de la zona. Son sólo algunas de las posibilidades de la bodega, siempre abierta a la incorporación de sorpresas para sus visitantes.
Además de la cultura del vino, el entorno ofrece múltiples posibilidades de ocio, desde admirar pueblos con encanto como Arnedo o Alfaro; la ruta de castillos y monasterios; numerosos yacimientos de icnitas; cuevas rupestres, como la de los Cien Pilares o darse el capricho de relajarse en las aguas de sus balneario y pozas de aguas termales. También es posible realizar actividades en viñedo que permiten experimentar las labores propias de cada época del año y que tienen como broche adentrarnos en la gastronomía típica de la zona.
Y es que, la gastronomía es otro de los grandes pilares de la oferta turística de Rioja Oriental, de la mano de platos y elaboraciones tradicionales y de vanguardia, así como de productos autóctonos. En su recetario tradicional se cuentan platos como las patatas con chorizo a la riojana, el corderito lechal asado, las chuletillas de cordero al sarmiento, las verduras frescas, las alubiadas, la merluza, el chuletón, la morcilla asada y un largo etcétera.
La Ruta del Vino de Rioja Oriental propone una manera única de conocer una tierra de gran tradición vitivinícola viviendo y disfrutando en primera persona una maravillosa experiencia cultural y enogastronómica. Como Faustino Rivero Ulecia, que persigue la excelencia en cada uno de sus vinos, suponiendo además una opción perfecta para conocer de primera mano el viñedo que los produce y toda la cultura que paralelamente mueve este gran motor económico en la comarca.