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Ribérate este invierno en Aranda de Duero

Las escapadas de fin de semana y las festividades que marcan el calendario sirven para desconectar y cargar pilas. Y un destino ideal, ahora en invierno, por su excelente ubicación en el mapa y por todo lo que puede ofrecer al viajero es Aranda de Duero. ¿A que no te resistes a pasar unos días de relax en un alojamiento con encanto, rodeado de viñas, donde gastronomía, cultura y paisaje van de la mano? Prepara ya la maleta, vente a la Ribera del Duero y toma nota de lo que no te puedes perder.

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Considerada villa realenga desde el siglo XIII, Aranda de Duero cuenta con un gran peso histórico y cultural del que hoy hace alarde. Allí se celebró el Concilio de Aranda, para reformar las costumbres del clero en 1473, y fue morada y lugar de reposo de la realeza, como fue el caso de la Reina Juana de Castilla o la Reina Isabel de Portugal, que residió en la famosa “Casa de las Bolas”.

Una inmersión en el pasado a través de sus elegantes residencias palaciegas, de sus iglesias –como la imponente Iglesia de Santa María, acogedora de sus recientes Edades del Hombre-, o las casas de antaño, no tiene precio. Al igual que la visita a sus bodegas, algunas tan mágicas como las que se encuentran en el subsuelo de esta localidad.

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Y es que nos encontramos en la Ribera del Duero y hay que resaltar la fuerte tradición por la cultura del vino, uno de los mayores atractivos de la zona. Una costumbre que ha sabido trasladar por todo el territorio nacional con la promoción y venta de sus caldos desde antaño cuando, cientos de carretas salían de Aranda transportando los pellejos de vino diariamente, llegando a ser el principal sustento de la economía arandina.

La necesidad de almacenar tanta cantidad de caldo, obligó a los lugareños a construir una gran red de pasadizos subterráneos que abarcaban la mayor parte de la localidad, creando así una gran tela de araña de bodegas. En la actualidad se conservan 14 kilómetros de estas despensas del vino bajo tierra, algunas privadas y otras a la vista para el disfrute de los viajeros. Así que no dudes en visitar alguno de los establecimientos asociados a la Ruta del vino Ribera del Duero y brindar por el nuevo año con un buen vino.

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Eso sí, acompañando a uno de los productos estrella de esta bella tierra como, por ejemplo, el lechazo. Y es que, para dejarte un buen sabor de boca tienes que saborear Aranda a través de sus platos: compartir un sabroso cordero lechal, acompañado de morcilla del país la torta de aceite y la lechuga de la huerta. Y cómo no, para los golosos, el acompañamiento de los empiñonados, las yemas y los dulces horneados en los conventos de las monjas.

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Por otro lado, ¿Sabías que Aranda de Duero se ha convertido en la capital de atletismo español? Si decides pasar la última noche del año en esta ciudad puedes participar en la San Silvestre, una carrera que cada año reúne a más de 4.000 participantes. También te recomendamos deslizarte por la pista de hielo de la Plaza Mayor. ¡La diversión está asegurada!

Propuestas irresistibles para que tus días en la capital ribereña sea un auténtico placer. ¿Te lo vas a perder?

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