«En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos que hay en aquel campo». Así comienza Cervantes el capítulo VIII del Quijote, que da paso a la aventura más famosa de la literatura universal. Molinos que nos fascinarán en nuestra visita a Campo de Criptana, una bonita localidad manchega que se encuentra a 130 km de Ciudad Real. Hasta allí nos escapamos para seguir los pasos del Quijote y de su fiel escudero Sancho Panza, disfrutar de algunos de los mejores vinos de España y, por supuesto, de una rica gastronomía.
El atardecer en La Sierra de los Molinos, con molinos de viento del siglo XVI, ofrece una de las puesta de sol más bonitas del planeta. Sólo quedan en pie tres de los que documentó Cervantes hace más de 400 años, Infanto, Burleta y Sardinero. Éstos conservan su estructura y maquinaria originales aptos para realizar la molienda. Cada primer domingo de mes se conecta uno de los molinos con su maquinaria original. Además, en julio y en agosto, podrás disfrutar de una molienda nocturna el primer sábado de mes.
Al pie de los molinos encontramos el pintoresco Barrio del Albaicín, con su entramado de viviendas populares manchegas, todas ellas esparcidas por estrechas y empinadas calles. En esta parte de Campo de Criptana se conservan algunas cuevas, que fueron viviendas en tiempos pasados. Están excavadas en la roca y pueden visitarse la cueva del Cerro de la Paz (museo-vivienda) y la Cueva de Mambrino. También conservan cuevas los restaurantes «Cueva la Martina» y «Las Musas». Una oportunidad, además, para degustar la gastronomía de la zona.
En el casco urbano abundan edificios históricos como el Pósito Real, del siglo XVI. Se trata de un banco donde se realizaban préstamos en especie a los agricultores en épocas de crisis. Actualmente alberga exposiciones temporales. De obligada visita es el Pozo de Nieve, del siglo XVII, que servía para almacenar y conservar hielo, y su gran conjunto de ermitas, como la de Virgen de Criptana.
En Campo de Criptana se elaboran algunos de los mejores vinos vinos de España. Planificar una visita a una bodega o degustar un vino en alguno de sus restaurantes es toda una delicia. Hay varias bodegas visitables pero destacaremos la de El Vínculo, la gran apuesta de Alejandro Fernández (Grupo Pesquera) para elaborar vinos de prestigio en La Mancha.
