Situado en la Costa del Sol se encuentra Rincón de la Victoria, un destino que nos ofrece multitud de atractivos turísticos. Entre ellos, sus playas; su patrimonio monumental del cual tenemos que destacar una fortaleza del siglo XVIII construida por el rey Carlos III; y la Cueva del Tesoro, una visita obligada por ser una de las pocas cuevas turísticas cuyo origen está ligado a la mezcla de aguas dulces y aguas marinas. La cueva, con típicas formas erosivas de queso gruyer, es mayoritariamente conocida por la leyenda sobre la existencia de un tesoro escondido por el emperador de los almorávides, Tasufín ibn Alí, en el siglo XII y que todavía no se ha encontrado.
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Su visita recorre diferentes salas, algunas de las cuales reciben nombres tan sugerentes como la Sala Noctiluca, denominada así por albergar un templo dedicado a la diosa del mismo nombre; la Sala del Volcán, cuyo nombre se debe a la altas temperaturas que hay en su interior debido a que es la sala más profunda de la cueva; la Sala del Águila en la cual destaca una formación pétrea en forma de esta ave rapaz; la Sala de los Lagos, que es la más espaciosa y alberga tres lagos en su interior; la Sala de pinturas rupestres o la Sala de la Virgen, que recibe este nombre porque fue descubierta un 12 de octubre de 1951, día de la Virgen del Pilar.
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Cada agosto la Cueva del Tesoro se convierte en escenario del Festival Internacional de Música. Una oportunidad única de disfrutar de un espectáculo que no te dejará indiferente.
